domingo, 1 de junio de 2014

Síntesis final

Las lecturas analizadas aportan diversos elementos relacionados con la innovación dentro de una organización. El objetivo es ofrecer herramientas para la mejora de la empresa tanto en sus resultados como en su funcionamiento interno, estando ambos interrelacionados. Con este propósito, en mi opinión, las lecturas giran alrededor de tres conceptos clave: la comunicación, el cliente y la calidad.

La comunicación aparece como elemento directo o indirecto en cada uno de los textos. En el primero de ellos, donde se explica un itinerario estructural para mejorar el funcionamiento, uno de los pasos es el de mejorar la información entre los integrantes de la empresa como herramienta para elaborar su trabajo. En el segundo de ellos, uno de los apartados informa sobre la necesidad de crear un proyecto de empresa. Éste conllevaría seguir unas líneas de actuación en forma de programas, en el que uno de ellos sería el programa de comunicación. En referente al texto “un modelo para innovar”, se nos plantea la comunicación como una de las variables que genera y potencia los espacios de la innovación. Exalta, al mismo tiempo, como la comunicación es la estructura en sí de una organización y lo más esencial y característico. En cuanto a los grupos de trabajo, también analizados en uno de los textos, no habla sobre como la pieza fundamental para lograr su desarrollo es la de mejorar la intercomunicación entre sus integrantes. Para ello, por un lado se debe alcanzar un nivel de conocimiento mutuo, con el objetivo de alcanzar una mayor claridad en la información intercambiada; y por otro, intercambiar información tanto de las tareas conjuntas como de la información disponible para desarrollarlas. En el artículo donde se presentan los dos modelos de empresa, uno de dependencia y otro de desarrollo, en el paso de uno a otro se establece como ejercicio de mejora de varios elementos entre ellos la comunicación y la creación de espacios para su evolución. Esta misma herramienta se ofrece como clave en el último texto relacionado con el estilo de dirección. Es esta quien debe proponer nuevas líneas para el desarrollo, entre las que se encuentra la creación de espacios para la interrelación, análisis y participación.

El segundo, que a mi parecer, es uno de los elementos clave, es el del cliente. Como se afirma en el artículo dedicado a él, el cliente hay que tenerlo presente en cada uno de los procesos. El objetivo es el de acercar el cliente a todas las acciones que se realizan dentro de la empresa, configurándose como un continuo ejercicio de empatía y comunicación con el cliente. En “un modelo para innovar” sitúa al cliente en el centro de la innovación. El cliente es el que decide el producto y, por lo tanto, cualquier innovación debe adelantarse a sus necesidades. Para ello, hay que analizar que quiere el cliente o que necesidades va a tener en el futuro.

El último de los conceptos es la calidad. Actualmente este término está adquiriendo más importancia dentro de las empresas. En el texto sobre los clientes, se enfatiza el trabajo continuo respecto a ambos. La calidad en este contexto es entendida como una descripción de todos los procesos su seguimiento y análisis. Para que la calidad tome sentido es necesaria una correspondencia entre la teoría y la práctica materializándose todo lo proyectado en acciones palpables. En otro de los textos la calidad se asocia directamente con la innovación. En esta relación la innovación supone un trabajo bien hecho, con control y coherencia, en la que el beneficio pasa al segundo plano y se proyecto como resultado de esta introducción de la calidad en la empresa.  De este modo, para acercarse a un modelo de desarrollo la calidad se configura como una dinámica donde los procesos queden definidos y los individuos tengan una referencia y seguimiento respecto a su trabajo. Esta evaluación interna y externa está relacionada con los estilos de dirección, desde donde se debe diseñar un diagnóstico continuo e introducido dentro de un plan global.

A modo de conclusión, como he expuesto, el hilo conductor de este camino que recorre los textos hacia la innovación se apoya en tres bases. La comunicación entre los integrantes de la empresa así como en el propio cliente se configura como la mejor forma de saber en qué situación se está, qué necesidades tenemos y aprovechar todos los conocimientos para afrontarlos. El cliente, como eje de todo proyecto y proceso, donde cada acción tenga en cuenta sus necesidades y valoraciones. Y finalmente la calidad, configurándose como un medio y no un fin.

Aplicabilidad a mis expectativas


Sabía la repercusión que tenían factores como la calidad y el cliente dentro de los nuevos proyectos de las empresas, no obstante, respecto a la comunicación nunca le había dado la importancia que se le da en la serie de artículos analizados. Esto me ha ayudado a comprender que estos problemas de comunicación no son sólo un agravio dentro de una empresa sino en otros tipos de aspectos que forman nuestra vida diaria. Esto es bastante paradigmático ya que estamos en la era de las nuevas tecnologías donde supuestamente la comunicación nos ofrece multitud de herramientas para favorecerla. Por lo tanto, el problema no recae en los medios, sino en los espacios para la comunicación y la poca importancia que se le otorga a la calidad de ésta. En definitiva, este modulo me ha ayudado no solo a comprender la importancia de la innovación, qué es la calidad y qué herramientas se usan para instalarla, y la importancia del cliente en cualquier proceso, sino el valor de una buena comunicación en cualquier experiencia diaria.

Ideas metodológicas para mejorar el estilo de dirección

Los problemas internos de una organización pueden ser afrontados desde distintas vertientes, no obstante el papel de la dirección es fundamental en su resolución. Por ello, el estilo de esta dirección marca los medios y pautas para establecer mejoras en la organización. En este contexto, una propuesta de línea de evolución en el estilo de dirección se concibe como una herramienta clave para afrontar esas patologías internas dentro de la empresa. Con este objetivo, el texto plantea unas reflexiones sobre algunas cuestiones que atañen a la metodología y al estilo de trabajo de los directivos.

Una de esas reflexiones se refiere a la manera de mejorar esa dirección. Esta evolución debe de contar tanto de la experiencia práctica como de la aplicación de herramientas teóricas. Para ello, es imprescindible utilizar métodos de seguimiento interno y evaluación externa de los procesos emprendidos.

Para emprender ese seguimiento hay que diseñar un sistema de diagnostico continuo tanto de la situación actual, analizando la patologías existentes, como de las acciones emprendidas. Este diagnostico debe estar introducido dentro de un plan global y no uno fragmentado como normalmente se hace.

El análisis continuo sirve no solo para conocer las patologías sino para estudiar bien la situación y no propugnar mejoras que estén fuera del alcance de la empresa. La previsión es uno de las características más importantes y no se debe propugnar acciones que no sean posiblemente satisfechas.
Otra de las cuestiones se refiere a la de considerar la organización como un conjunto de personas. Para ello, hay que tener en cuenta sus diferentes características como partes que forman un eje potencial dentro de la empresa. La flexibilidad, confianza, comunicación y la autoestima son puntos importantes a la hora de formar un grupo comprometido e ilusionado.

Todas estas acciones requieren de una formación por parte de todo el personal, pero especialmente desde los directivos o altos mandos. Desde la dirección se proponen nuevas líneas de desarrollo o la necesidad de mejoras en la empresa. Para ello, deben conocer diferentes herramientas para llevarlas a cabo, como la creación de espacios de interrelación, análisis y participación. Al mismo tiempo, esta formación debe ir acompañada de acciones que sirvan de ejemplo de las mejoras que se promuevan. Los primeros que deben trabajar este compromiso son los altas cargos con sus actos a ojos del resto de empleados.


Todas estas herramientas se hacen en base de una mejora y no cambios radicales, situando el grupo de trabajo y el cliente en sus puntos clave, persiguiendo como fin último la participación y la calidad.